domingo, 23 de diciembre de 2012

Daniuska González González
Ausencia y elegía

Desde donde miras, la lluvia cierra a la inmensidad
los cristales
el tiempo decidió jugar con la espera
y la humedad recuerda que aún La Habana no ha abandonado tus ojos.

La brevedad de las alas que reducen el viento
el abanico del mar bajo los pies de la infancia,
serán sólo imágenes de lo ajeno,
porque tú aguardas entre pasajeros que cabecean la extrañeza.

Somos animales de un único planeta,
con la nostalgia traspasando las arterias
y este aire que acompasadamente duerme a los aviones,
desafío a Dios en su propio cielo.

Y mientras,
tú,
muchacha del infinito, de la luz,
abres tus ojos y preguntas detrás del cristal
por qué el mundo se convierte en un solo rostro
para tantas constelaciones.


Con fotografía de Bettina Rheims

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